Los mejores juguetes educativos para niños

Los mejores Juguetes educativos

¿Por qué apostar por los juguetes educativos?

Hay buenos motivos y están directamente relacionados con las funciones del juego en sí mismo. ¿Sabías que jugar es la herramienta básica y fundamental del desarrollo infantil?

Ya desde los primeros meses, jugar fomenta la actividad física, refuerza el estímulo sensorial, ayuda a socializar con los adultos y otros niños, favorece el desarrollo del lenguaje, la memoria y del pensamiento abstracto y permite el aprendizaje de conceptos como normas, paciencia o empatía. Todo eso sin olvidar que es un elemento imprescindible para el ocio y la diversión. El entretenimiento y la felicidad mejoran el bienestar y, además, refuerzan la autoestima.

Si esos son los valores elementales del juego, imagina el potencial que tiene el juguete didáctico. ¿Quieres saber en qué consisten estos juguetes? Te lo contamos.

¿Qué son los juguetes educativos para niños?

Jugar es necesario para el desarrollo y el entretenimiento infantil, pero hay maneras y maneras de fomentarlo. Lo que diferencia a los juguetes didácticos de otros más convencionales es que con los primeros se pretende, conscientemente, potenciar los valores positivos de una o varias de las funciones del juego mencionadas arriba.

La idea es que jugar, aparte de ser algo divertido, también debe ayudar al desarrollo físico, emocional, psicológico, sensorial y social de los niños.

Lo que no es el juguete didáctico

Además de ser una herramienta del desarrollo infantil, estos juguetes se alejan de algunos elementos o valores poco positivos que encontramos en muchos juguetes convencionales:

No es un juguete bélico. No quiere representar armas ni actitudes violentas o de guerra. ¡Dejemos a los niños ser niños!

No es un juguete sexista. Evita los prejuicios sobre qué es de niñas y qué de niños. ¡Inculquemos los valores de igualdad y respeto también con el juego!

No es un juguete discriminatorio. Es para todos, no invita ni sugiere exclusividad, desprecio o diferencias por motivos étnicos, económicos o cualesquiera otros.

No es un juguete publicitario. El juguete educativo no pretende ser el vehículo de promoción de personajes de moda, reales o de ficción. ¡Son mucho mejores los juguetes de valor atemporal y sin apellidos!

Las características de los juguetes educativos

Seguro que ya te estás haciendo una idea de cuáles son las características del juguete educativo. Por un lado, debemos destacar su sencillez. Suele confundirse «educativo» con «complejo», como si la educación solo pudiera venir de la mano de reglas complicadas y mucho estudiar. Nada de eso.

El juguete didáctico es sencillo, pero eficaz. Las instrucciones de juego son comprensibles, fáciles de adoptar y adaptar, porque el elemento educativo está en el estímulo natural que se desarrolla con el uso. Y se usan porque son divertidos. ¡No hay más!

Estos juguetes también son fáciles y seguros de manejar, porque están adaptados a las características y necesidades de los niños de una edad determinada. Se diseñan y desarrollan atendiendo a las circunstancias sensoriales y cognitivas del grupo de edad al que se dirigen. Los pequeños manejan estos juguetes con total naturalidad y seguridad. Por ejemplo: sonajeros y libros de tela para bebés, rompecabezas y títeres para niños de cuatro años o juegos de mesa e instrumentos musicales para niños de más de siete.

Los beneficios de los juguetes educativos

Los juguetes didácticos ayudan a los niños a ejercitar sus habilidades psicomotrices y cognitivas. Lo hacen en, al menos, una de estas áreas:

Desarrollo físico y biológico. Son juguetes que favorecen la actividad física, la motricidad y el fortalecimiento del cuerpo. También hablamos de la habilidad manual y de la coordinación mano-ojo, que llevan al dibujo y la escritura. Por ejemplo, bicicletas, patines, pelotas, combas o juguetes de puntería, así como juegos de construcción, de ensartar piezas, moldear y pintar.

Desarrollo cognitivo y verbal. Se trata de juguetes con los que los niños desarrollan el habla y el pensamiento abstracto, el razonamiento y la memoria. Se mejora la pronunciación y la vocalización y se aprende vocabulario. Por ejemplo, puzles, rompecabezas, libros, naipes y abecedarios.

Desarrollo emocional y de la socialización. Se juega en compañía, por lo que los niños se exponen a situaciones en las que son imprescindibles las habilidades comunicativas. También aprenden a tener paciencia y empatía, a respetar turnos y normas y a trabajar en equipo para conseguir resultados buenos para todos. No debemos olvidar el desarrollo de la afectividad, el cariño, la protección y el cuidado.

Destacan los juegos de mesa, los peluches y muñecos diversos, los títeres y los juguetes de simulación de actividades (la cocina o la jardinería) o profesiones (veterinarios, médicos, bomberos, maestros, etc.).

Desarrollo de la creatividad y la imaginación. Con estas capacidades, los niños pueden experimentar sensaciones e ideas novedosas y crear mundos enteros de la nada. Los más pequeños se sienten libres dando rienda suelta a su creatividad, y la aceptación de estos universos inventados por parte de los adultos ayuda a reforzar la autoestima y habilidades importantes y útiles como el pensamiento lateral.

Todos los juguetes didácticos tienen potencial en estas áreas, pero destacan los de manualidades (lápices, pinturas, plastilina, mosaicos), los musicales, los de experimentación y los de simulación (títeres, cuentos y teatro, profesiones).

Desarrollo intelectual. Son los juguetes dirigidos a la enseñanza de aspectos académicos concretos, lo que permite que los niños comprendan y valoren el mundo que les rodea y su funcionamiento. La lectura es fundamental para aprender conceptos e ideas a partir de cierta edad, pero el juego adaptado también permite acercarse a disciplinas como ciencias naturales, matemáticas, música, lenguaje, etc.

Estos conocimientos se pueden adquirir de manera lúdica en todo tipo de formatos, desde los libros a los rompecabezas, pasando por los juegos de mesa o los kits prácticos como los de jardinería, cocina, astronomía, construcción e incluso robótica.

En definitiva, con los juguetes educativos los niños se entretienen y son felices. Hacen lo que tienen que hacer: jugar. Pero lo hacen aprendiendo y experimentando con elementos adaptados a su edad y sus necesidades, sin que caiga sobre ellos más carga que el propio disfrute de la diversión. ¡Regalemos juguetes didácticos!

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